8N: Piden, pero…
Exigen libertad. Exigen, piden.
Piden, pero…
Se agrede violentamente a parte
de los periodistas que cubren la convocatoria, agresión que demuestra que
reproducen aquello que critican. Piden mayor libertad (¿) (Para comprar
dólares, supongo); piden menos autoritarismo, pero lo ejercen; piden que se
vaya una Presidenta “Yegua”, pero no respetan el Sistema Democrático mediante
el cual los representantes son elegidos a través del voto popular.
Al mismo tiempo piden democracia
(¿), piden República (¿), pero algunas acciones van en contra de ello. Eso sí,
todas las libertades conquistadas, vinculadas con los DERECHOS conquistados,
vinculadas con la
REDISTRIBUCIÓN del ingreso: ignoradas.
Este “piden, pero” es evidenciado
en la falta de coherencia en el reclamo, en un reclamo mezclado. Un reclamo que
es compuesto por reclamos individuales, por intereses particulares. Justamente,
claro, lo contrario a lo colectivo. La
Tesis y Antítesis. Lo individual es lo contrario a lo
colectivo, es exactamente la fórmula que define la diferencia de modelos, del
Neoliberalismo y de éste, el modelo que tanto odio despierta.
Un reclamo que se pone bajo la
sombra del “ANTI”, lo que significa que no tiene identidad propia, y que por lo
tanto tampoco se encuentra representado por una figura de la oposición que
tenga verdadera identidad.
Queda claro, queda fuera de toda
discusión la legitimidad y el derecho de manifestarse. Y queda claro, que la
“dictadura de los K” respeta, proclama y defiende todo tipo de derechos, incluido
este, ¿no? Qué irrisorio. La palabra dictadura me traslada a otras imágenes de
la memoria colectiva. Sangrientas, oscuras, ya lo creo.
Sin identidad, sin coherencia,
sin ese hilo conductor que caracteriza lo colectivo, y con un gran abanico de
odios particulares, así fue el 8N. No hay un mensaje unívoco, pareciera que el
único denominador común es no estar de acuerdo con las políticas del Gobierno,
y también es legítimo. No están de acuerdo con la palabra “colectivo”. ¡Pará! a
lo mejor no explicamos bien el concepto.
“Mano dura a los delincuentes”; “fin
a la DIKTADURA”;
“no a la Cámpora
en las escuelas”; “respeto a la
Constitución”; “hay que ayudar a la yegua a terminar el
Gobierno”, “no a la reelección”, “libertad de prensa”, “prensa libre”, “Scioli
y Cristina corruptos que funden al campo”… y van.
Y una frase que me quedó: “Vengo
porque estoy podrido de que le den de comer a los vagos, esos que están tirados
tomando cerveza, los de los planes”.
Pero así como la letra K, fría en
el diccionario, se calentó en los últimos años y se convirtió en un ícono del
modelo, de representatividad, hoy estas fechas también significan algo.
Significan el grito del neoliberalismo callado, oculto muy en el interior de
muchos, de muchos que hoy se animan a gritarlo (qué coraje y valentía, hay que
hacerlo!).
Y hablando de fechas, me acordé.
Me suena “7D”, y no falta mucho.
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