cuando hice una nota vecinal-social sobre el barrio de Villa Independencia ocurrió algo particular. Caminaba por las calles y ya regresaba al semanario, había hablado con algunos vecinos y habitantes del lugar, saqué fotos y me dirigía hacia la parada de colectivos.
Antes de eso, frené en una casa porque había un chico sentado afuera. Pensé que podría hacer una entrevista más sobre la generalidad del barrio y así completar la nota.
Cuando me acerqué y le hice un par de preguntas me di cuenta que el chico - alrededor de 18 años- no hablaba bien y era en tanto era una persona con discapacidad. Sin embargo, llamó a su mamá y hablé con ella.
Verónica, de unos 45 años, me comentó que su gran problema era de inundación. En épocas de lluvias contundentes y casi torrenciales su vivienda se inunda por completo.
Imaginá todos los ambientes de tu casa con un metro de agua. Le pregunté si había realizado los reclamos correspondientes a la Municipalidad y entró a su vivienda y me mostró las fotocopias de los mismos.
En ese momento le di mi celular y le dije que iba a averiguar porque también había enviado cartas al Concejo Deliberante.
Durante esa semana intenté consultar a distintas fuentes sobre estas denuncias de Verónica y nadie sabía reponderme. Desde el Ejecutivo me observan llegar y evitan todo tipo de contacto conmigo, será por que se publica lo que sucede. Evidentemente, la verdad les molesta.
Pasaron los meses y la llamé en varias oportunidades para ver si alguien le había solucionado su problema. La vivienda que compró hace 16 años se encuentra en un nivel más bajo que el de la calle, es muy precaria y está destrozada por las consecuencias del agua.
Además de la humedad interna que genera la propia inundación, debe cortar la luz por cualquier imprevisto que pueda presentarse, de manera tal que el peligro es doble.
Así es como Verónica, en ayuda de sus vecinos, logra retirar el agua en cuatro o cinco días, pro lo que durante ese período de tiempo tampoco cuenta con electricidad.-
Su historia de vida
Tiene dos hijos adolescentes y con problemas de salud. El varón tiene capacidades diferentes y la mujer es diabética, debe inyectarse la insulina diariamente. en tanto, Verónica debe acudir a sus vecinos para guardar la insulina en la heladera de ellos.
Ella ha tenido que educar a sus hijos sola y el tiempo se encargó de obstaculizar las posibles soluciones.
Qué pasó después
Estaba redactando en el semanario, tomaba unos mates y escribía sobre los nuevos difusores colocados en el lago San Roque, supuestamente para su "saneamiento". En ese momento recibi una llamada de Verónica, pidiéndome por favor que hiciera algo porque en la última lluvia -una semana antes- la situación se había tornado realmente caótica. Además, en medio de la crisis su hijo lloraba a los gritos y decidió llamar - una vez más- a Defensa Civil de la ciudad y a los bomberos. ambas entidades le prometieron que de inmediato arribarían a su vivienda para ayudarla. cabe destacar que su caso en los pasillos de la Municipalidad y del Concejo Deliberante ya es conocido. Pero en 16 años nadie hizo nada.
Le prometí que iba a la tarde para que hicieramos una nota completa y la publicáramos. Mientras tanto hablé con una de las concejales de confianza y le pedí que me ayudara, conseguimos unos proyectos donde la calle Las Vervenas estaría incluída en las futuras obras de pavimento. Sin emabrgo y dado el caso de que nos encontramos en las últimas instancias del 2008, sabíamos que ese pavimento quedaría para el próximo año.
En tanto, la edil dialogó con funcionarios de Obras Públicas para reforzar mi "pedido". Luego de esta ación, se comenzó a comentar que mi nota sobre este caso saldría publicada el próximo 7 de noviembre y por lo tanto iba a "reventar" a quienes no se encargan de ejercer su función, ni cumplen con sus tareas, ni responden a la sociedad que los ha elegido -lamentablemente-.
Así es como llegamos a esta instancia. Mi nota no se ha publicadó aún debido a que pertenece a la próxima edición. Pero ya esaba finalziada.
Ayer recibí un llamado de Verónica. Estaba llorando,me agradecía y yo estaba descolocada no sabía porqué. Me comentó que recién llegaba personal del municipio para construir una zanja provisoria, hasta que las obras de asfalto puedan ejecutarse y su verano transcurra con tranquilidad.
Así es como sorprendida llamé a la concejal que colaboró y terminé agradeciéndole. Dos cosas llamativas y que rescato de esta situaicón: por un lado la generosidad de la edil, que no hace otra cosa más que su trabajo, pero agilizó y presionó a quienes deben cumplir con sus funciones. Ella pertenece a la clase política y que paradójico resulta ser mi asombro. En un segundo término, cómo una nota puede resolver muchas situaciones. Algunas, otras no.
Desde ya que voy a tener que reformarla y escribiré sobre este episodio. Saludos al Ejecutivo y mi aborrecimiento por ser tan obvios.
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