jueves, 5 de noviembre de 2009

Reformas en el nivel medio: cómo será la nueva secundaria




Días atrás el Consejo Federal de Ministros de Educación aprobó un documento que establece cambios para la escuela: imposibilidad de expulsar al alumno, incrementar el número de inasistencias y flexibilizar la cantidad de materias previas. Dichas modificaciones ya entraron en el terreno del debate público. A nivel local, dialogamos con Adolfo Bur, director del Arturo Illia.


Hace unos días, se aprobó el primero de tres documentos que buscan modificar los lineamientos del colegio secundario, con apoyo de los 24 ministros de Educación del país, en el marco del Consejo Federal. El documento lleva el nombre de «Lineamientos políticos y estratégicos de la educación secundaria obligatoria», y es el primero de tres textos que tienen el objetivo de reformar la secundaria para evitar la «expulsión» de los alumnos del sistema educativo. «El alumno que ingresa debe egresar», señaló públicamente el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y agregó: «Hay que evitar la deserción».
Según el responsable del área, sólo un 50 por ciento de los estudiantes que empiezan el nivel medio lo culminan. «Tenemos que romper la representación de que la escuela es para pocos y selectiva. Se trata de pensar algunas estrategias de evaluación», agregó.
En este marco, se discutieron tres puntos básicos: evitar la expulsión, incrementar el número de materias previas y el aumento de inasistencias. Al parecer, las evaluaciones también podrían ser modificadas. En tanto, la promoción, permitiría que los alumnos puedan dejar más de dos asignaturas previas para el año entrante. Los acuerdos para completar las reformas se lograrían en noviembre.
El documento señala, entre otras cosas, la necesidad de crear «estrategias para acompañar y fortalecer las trayectorias escolares». En este sentido, propone la incorporación de la figura del tutor o facilitador, clases complementarias paralelas a las comunes y en los períodos de receso escolar, apoyo específico a alumnos que deban materias de años anteriores, con turnos y modalidades de exámenes especiales, etcétera.
Dentro del nuevo esquema de educación, en la que cada jurisdicción deberá optar entre una primaria de seis o siete años, y una secundaria de seis o cinco, se plantea una formación general y común para los primeros años de la escuela media. El objetivo del Gobierno nacional es lograr que la reforma esté en marcha en el 2010 en la mitad de los establecimientos del país, y que ya en el 2011 involucre a la totalidad.
Además, advirtieron que habrá una mayor inversión por parte del Estado para mejorar las condiciones edilicias, alcanzando los casi seis mil colegios distribuidos en nuestro territorio.
«Hay que generar condiciones de aprendizaje para los sectores más vulnerables o para los chicos que tienen poco apoyo familiar. Son varias las acciones en ese sentido; por un lado, estamos desarrollando una herramienta que permite detectar tempranamente el ausentismo. Algunos empiezan con una cadena de ausentismo que termina en abandono, esto es lo que queremos evitar. Por otro lado, la idea es aplicar alternativas para asegurar la permanencia y egreso de los alumnos, lo que no significa que vamos a hacer una escuela más fácil», advirtió Sileoni ante un medio de comunicación nacional.

* Situación local

Nuestra ciudad no está exenta a problemáticas de deserción y repitencia. Para conocer la opinión de docentes locales, dialogamos con Adolfo Bur, director del Instituto Superior Arturo Illia. Al respecto, manifestó: «Me da la impresión que se trata de cambios negativos, con resultados negativos. Son tres cosas las que ellos proponen: en primer lugar, el aumento de las inasistencias, una suerte de regalo para el alumnado argentino, para que los que no quieren estudiar puedan seguir faltando. En segundo término, la posibilidad de llevarse más materias previas, que en lugar de dos serían tres o cuatro según la jurisdicción. En tercer lugar, no se podrá echar a nadie del sistema, lo cual traería aparejado quizás quitar las amonestaciones y reemplazarlas por un sistema de tareas a favor de la convivencia, como le dicen ellos», explicó el Director.
En relación a las faltas, el docente indicó que la mayoría de los alumnos no concurre porque «no tienen ganas», y advirtió que en varias ocasiones son consentidos por los propios padres. «Con estos cambios hay una tendencia a hacer una secundaria más `light´», sentenció el docente.
Con respecto a la cantidad de materias previas, adelantó: «No va a traer el resultado esperado, porque seguimos generándole `facilismo´ al alumno y la escuela no es un ámbito de diversión. Para pertenecer al sistema hay que cumplir determinadas pautas, no se gana nada con regalar porque entonces vamos a estar formando seres débiles, incapaces de enfrentar la vida con valor y decisión.
«Con esas reformas a lo mejor terminan el secundario, pero difícilmente ingresen a la Universidad, donde el nivel de exigencia es elevado. Aquí la mayoría de los repitentes se lleva nueve, diez o más materias. Tengamos en cuenta que la secundaria de por sí ya es fácil: escuela light, profesores light, alumnos light, país light y sociedad light; sin valores a seguir.
«Para estar en el sistema hay que hacer un esfuerzo, nadie le tiene que regalar nada al estudiante. Lo que pasa es que desde la Nación, quieren que el Banco Mundial siga mandando dinero para educación, dinero con el que arreglan los edificios y llevan a cabo política barata», puntualizó Bur.
Según el maestro, la obligatoriedad de no expulsar al alumno, es una especie de «regalo final» que le hace el Estado para que se reciba y «engorde» la estadística ante los organismos internacionales de crédito.
«Estamos construyendo una sociedad de débiles. No estamos haciendo seres fuertes, que luchen, que se ganen el derecho a estar en una posición de privilegio. Ahora, con esto le vamos a dar el título, pero no va a estar acompañado de un progreso intelectual. Así, se consigue una sociedad idiotizada.
«El pueblo argentino está cada vez más ignorante, no está mejorando, está empeorando. Sarmiento, por ejemplo, fue una persona extraordinaria y no ha sido lo suficientemente respetado en nuestra historia, lo bueno que se ha hecho en la educación lo ideó él y ahora lo estamos tratando de arruinar. Estas medidas tienden a que el sistema se autodestruya», añadió.

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