viernes, 16 de abril de 2010

Club Sportivo Brasil ---Todos se ponen la verde y blanca

El equipo de «La Vizca» siente orgullo propio... El dirigente «Caruso» Vila dialogó sobre los comienzos de la entidad, los proyectos, la contención social y la discriminación que a veces sienten por vivir en la costa del río. Un ejemplo de dignidad y honestidad.

Hace 47 años, un grupo de familias amigas del barrio Miguel Muñoz «B» de apellidos Oviedo, Cuello, Reina y Díaz, entre otros, se reunían frecuentemente y decidieron armar un equipo de fútbol. La familia Oviedo, por ejemplo, tenía muchos hijos varones y todos jugaban al fútbol. Las primeras reuniones se llevaban a cabo en un viejo galpón donde se guardaba el carro del caballo.
Al principio, pensaron en ponerle un nombre como «Camioneros del Oeste» o «Desde el sol del Oeste», hasta que los hermanos Reina dijeron que ellos habían comprado un terreno sobre calle Brasil y allí podrían armar un «potrero». En ese entonces, esa arteria hoy tan concurrida era simplemente un sendero de campo. Así fue como surgió la idea y los colores también. Una tarde, este grupo estaba mirando un partido de fútbol del Palmeira (Brasil) contra Estudiantes de La Plata, unieron los colores y quedó el verde y blanco.
Jorge Oscar Vila, conocido como «Caruso», es actual dirigente del Sportivo Brasil y su corazón pertenece allí desde los primeros años de surgimiento. Haciendo memoria, recordó cómo fueron los viejos tiempos: «Siempre jugamos a nivel barrial, porque era para chicos que estaban en la zona. Luego, en la década del 80, el `Yndio´ Montesinos, Carlos Orso y el `Jhony´ Vázquez comenzaron con el campeonato comercial. Nosotros teníamos el apoyo del local `Chatarra Salomón´, que hasta el día de hoy nos ayuda.
«Cuando estaban llegando los 90, tuvimos la invitación de participar en la Liga de Punilla. En los primeros años éramos muy cambiantes porque nuestros rivales eran más profesionales que nosotros. Sin embargo, fue un gran cambio y nos supimos adaptar. Es más, ganamos por primera vez el 13 de noviembre 1994, en La Cumbre. Para nosotros fue un momento increíble; el premio era jugar en la Inter-Liga y participar con equipos de otros departamentos. Llegamos a estar entre los primeros cuatro equipos de Córdoba. Hoy, a más de uno le cuesta tomar conciencia de tal magnitud», explicó «Caruso».
En cuanto a la convocatoria, sus fanáticos y seguidores aseguran que son el equipo que más gente mueve. En la actualidad, cuentan con dos divisiones: los libres, en la que están chicos desde los doce años, y la de veteranos, donde hay hombres de 35 para arriba. En cuanto a la primera división, la única condición es jugar bien, sin importar la edad.
Sin embargo, no todo es color de rosa. El hombre indicó que su sueño es volver a jugar en la Liga. «No podemos, nos faltan muchas cosas y hasta una sede propia porque no tenemos».

* El barrio y un amor

El barrio: Miguel Muñoz «B»; un amor: el Sportivo Brasil. Aparentemente, allí todos son hinchas y dejan su corazón en ese club, entregan pasión y dedicación, dos pilares esenciales para este tipo de actividades sociales. El cariño que hay en el sector por la camiseta verde y blanca es realmente inmenso, se trata de un equipo de barrio que tiene propósitos relacionados al deporte y la contención de los más chicos.
«El que nace aquí sale a la calle con una pelota. Es un lugar donde los chicos juegan al fútbol, se va transmitiendo de generación en generación. Todos se ponen la camiseta verde y blanca», expresó Jorge. Pero también hizo referencia a las grandes necesidades de la costa: «Hoy la falta de trabajo es grande, estamos tratando de ocupar el tiempo libre de los chicos, porque ellos van al colegio y hacen la tarea. Después tienen tiempo libre, empiezan a callejear y eso deviene en otras cosas. Principalmente queremos un espacio físico para hacer distintas actividades y tener lugar para todos.
«Hay chicos que se drogan como en todos lados. Tenemos que darles la oportunidad y sacarlos de la calle. Hay que revertir la situación, pero necesitamos que nos ayuden. No les aseguro que vaya a acabar con la droga y la delincuencia, pero voy a darles una nueva chance. En esta ciudad no hay más `potreros´ y nuestros chicos se sienten discriminados cuando van a otros clubes, simplemente porque los miran mal. Este es un barrio humilde que busca que el club vuelva a ser el de antes. Sería muy lindo si pudiéramos coordinar el Jockey Club, porque ese Polideportivo realmente se podría aprovechar».

* La discriminación

En nuestra ciudad las etiquetas y los pre-conceptos son comunes. Tendemos a culpar y a meter a todos «en la misma bolsa». Quienes viven en la costa del río, en la zona conocida como «La Vizcachera», sienten el menosprecio y la mirada distante de las personas. Decir que viven allí es asociarlos con la delincuencia o la droga. Sin embargo, hay numerosas familias que viven una vida con total humildad, pero se caracterizan por ser honestas, trabajadoras y luchadoras. Pero la discriminación, ese ojo crítico y cínico con que los observan, hace que se sientan juzgados y marginados.
«Desde hace años somos castigados porque nacimos en familias humildes, pero estamos orgullosos de serlo como cualquier persona. La sociedad nos puso un peso bastante importante, que es chocante y feo. Muchos creen que porque no vivo en el centro sino en `la Vizcachera´, no tengo una familia a quien mantener, hijos a los que cuidar y un trabajo digno. Yo no mato, no robo, no perjudico a nadie; al contrario, vivo de mi sueldo, con ese mismo sueldo calzo, visto y alimento a mis hijos.
«Cuando vamos a jugar a otros clubes escuchamos cómo nos dicen y sentimos un dolor tan grande... Quizás somos negros de piel, pero por dentro somos más claros que muchos, porque tenemos códigos y sabemos desenvolvernos cuando estamos sin nada. Muchas veces la pasé mal porque no tenía trabajo, pero supe salir adelante. En cambio, hay gente de mucho dinero que no puede sobrevivir en momentos de crisis económicas graves. Además, creen que en nuestro barrio todos roban y se drogan y eso no es cierto. Nos señalan porque no tenemos saco y corbata», concluyó «Caruso».

* Respuestas desde el Estado municipal

«Hace poco tuvimos una reunión con el Concejo de Representantes y a los concejales les dije: `Generen el cambio, se los pido yo desde adentro, yo que vivo en la costa´. Fue muy positivo el encuentro y realmente me sentí muy bien porque en mis 47 años es la primera vez que me recibían en esa mesa, escucharon nuestras necesidades y eso es un avance. También, planteamos lo mismo al secretario de Gobierno Carlos Calvo, y demostró interés. Nos pidió que hiciéramos un proyecto y coloquemos los cambios que pondríamos. Estamos armando el proyecto con los demás clubes y lo presentaremos en estos días», comentó «Caruso».

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