jueves, 27 de mayo de 2010

Sobre la ley de matrimonio, los hijos, y los ignorantes

En las últimas semanas he escuchado (las que para mi) son aberraciones, respecto a la modificación de la ley de matrimonio que permitiría a las parejas del mismo sexo obtener los mismos derechos que las heterosexuales, y al mismo tiempo adoptar niños.
Voy a intentar describir mi punto de vista sin brotarme de autoritarismo, ya que considero (a diferencia de muchos que dicen respetar de la boca para afuera) que todos, y repito TODOS, tenemos derecho a opinar líbremente.
Durante las últimas semanas estuve escuchando diversas posturas, mirando la tele, hablando con pares, charlando sobre el tema y procesando... Sin embargo no implicó, hasta el momento, que le prestara demasiada atención y me sentara a escribir esta columna, ya que en mis casi 25 años de vida escuché aberraciones semejantes, y uno lamentablemente, se acostumbra.
Pero hoy me hizo "el click". Leí un escrito demasiado terrorífico y es por eso que quizas desde mi lugar, desde mi función como comunicadora, desde mi persona, me veo en la obligación de dar mi humilde opinión. No tan humilde quizás.

1- Sobre lo legal. Creo que el Estado debe legislar para TODOS sin distinción, sea homosexual, heterosexual, judío, católico, niño, grande, anciano, "blanco" o "negro". Basta de rótulos.
Todas las personas merecen atención (al menos, señor Estado), sin importar género, religión, situación económica, política, elección sexual. Todos sin discriminación alguna. Pero sabemos que en este país, la igualdad se defiende solo cuando conviene a ciertos sectores. Muy promovida, pero poco practicada.

2-Basta. Basta de buscar ¿causas? a la homosexualidad. Si se encesita una respuesta, llamar al psicólogo. Ese mismo escrito manifestaba un delirio importante: la homosexualidad es una enfermedad.
Parece mentira que hoy tengamos que oir semejante barbaridad. O como me sucedió hace unos meses atrás cuando cruzaba palabra (porque eso no era un diálogo) con una mujer adulta, con poco estudio y poco corazón, que expresaba que "hay más homosexuales porque es una moda, porque salen en la tele". Con esa mujer, ¿qué sociedad tenemos? Eso sí es preocupante. Estar de acuerdo o no, es otro tema. Que te caiga bien la homosexualidad o no, es otra cosa. Pero FUNDAMENTEMOS, dejemos de opinar desde la ignorancia, desde los estigmas, desde los preconceptos. Pero ya sé señora, le falta tener alguna amiga gay!!

3-Qué locura. Seguimos con ese escrito. Allí se señala que con la aprobación en el Senado (lean bien) se "podrán casar con las nueras, entre hermanos, o hasta con animales". ¿Es necesario que responda esto? Estamos hablando de incesto señor, no de homosexuales. Le pregunto, ¿acaso no hay heterosexuales morbosos y enfermos?
Sin lugar a dudas, demasiada ignorancia y encima habla en nombre de Dios.
Con tan solo prender la tele vemos violadores, abusadores, sacerdotes acusados de abusos a niños, cientos y cientos de casos donde la perversión realmente es verdadera, terrible e imperdonable.
Pero no puede decir que con esta aprobación se casarán entre familiares, o con un perro. Tampoco hablar en nombre de Dios. Tampoco bregar por la igualdad y ser tan hipócrita.
Pues, la maldad y "perversión" (como dice usted) están en todos lados, sin excepción de géneros y elecciones sexuales!

4-Leer para decir. El proyecto obtuvo dictamen de mayoría el 15 de abril de este año en las comisiones de Legislación General y Familia, Mujer y Minoridad de Diputados. En la sesión del 27 de mayo, finalmente, la Cámara dio media sanción. Hubo 125 votos a favor y 109 en contra.
La propuesta es una modificación de la ley de matrimonio que reemplaza la definición de hombre y mujer por la de "contrayentes". Esto le permitirá, también y entre otras cosas, la posibilidad de adoptar.
Pero, no olvidemos, será el Estado quien decida (en el caso de la aprobación) si una pareja homosexual está capacitada para tener al niño; de la misma manera que hoy lo hace con una pareja heterosexual.

5- De un repollo. Muchos creen que los homosexuales nacen de un repollo, o caen desde un meteorito (jaja). Esas mismas personas creen que esos niños adoptados por dos papás o dos mamás serán "desviados", "con conflictos psicológicos", "van a salir homosexuales", "con serios trastornos"....y pueden seguir argumentando más...
Pero señores, los homosexuales no nacieron de un matrimonio de homosexuales! ¿Acaso no hay padres heterosexuales con hijos heterosexuales que realmente tienen conflictos? Qué lío de orientaciones sexuales, ya me mareé. Como mundo, seamos más simples.

6- Amor. Sé, creo y confirmo que esas parejas del mismo sexo que quieran ser papás o mamás, es porque realmente lo sienten en su corazón, porque lo desean desde su interior, porque ELIGEN ser padres. El tener un hijo forma parte de un proyecto de vida familiar verdadero, sincero y puro. Así como sucede en las parejas heterosexuales que DECIDEN adoptar.

7- Qué será del mañana. Esa es la premisa y la fundamentación de muchos, y más de mis "amigos" que lamentablemente escribieron lo que tuve que leer. Dicen que "es el fin" (parece una profecía!) que se "terminará la familia" (acaso una pareja del mismo sexo que desea tener un hijo, se ama, se elige, y se respeta no es una familia?), que "el matrimonio no es valorado como institución" (acaso esa misma pareja no es un matrimonio, sin estar casada?)..bla bla bla...

Podría seguir escribiendo, pero no. Ojalá esta sea una instancia donde al menos haya una apertura, donde existan personas que tengan la opinión que tengan sean capaces de escuchar, razonar, creer, dejar de ser tan hipócritas.
Hoy hay cientos de parejas del mismo sexo que tienen hijos, hay muchas que adoptan aunque uno de los padres o madres sea legalmente el responsable. Se está discutiendo un derecho y, paradójicamente, eso no se discute; no hay discusión cuando se trata de ser mamá o ser papá. La legalidad es otra cosa.
Por último, me importa poco si los Senadores aprueban o no la reforma.Pero sí me preocupa que los hijos que en algún momento tendré nazcan, crezcan y vivan en un mundo pobre de alma, discriminador y (ahora sí uso la palabra) pervertido. Eso sí es grave.

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