lunes, 6 de junio de 2011

7 de junio: Día del Periodista. La ética y la labor diaria


Fecha clave para reflexionar sobre la labor de los comunicadores sociales, preguntarnos cómo hacemos nuestra actividad, con autocrítica, sentido común y honestidad. Consultamos a la licenciada Mariana Mandakovic, quien habló sobre las condiciones laborales de los periodistas y su rol como docente de la Universidad Nacional de Córdoba.

«Semanario Bamba» entrevistó a la licenciada en Comunicación Social, Mariana Mandakovic, egresada de la Escuela de Ciencias de la Información (Universidad Nacional de Córdoba) y docente de la Casa de Altos Estudios en las cátedras: Seminario de Periodismo Social, Seminario de Opinión Pública y Seminario de Economía Política y Medios Masivos.
El próximo martes 7 de junio es nuestro día, el Día del Periodista, una fecha clave para reflexionar nuevamente sobre la labor diaria que ejercemos como tales, como comunicadores, como formadores de opinión, como ciudadanos, como privilegiados al tener la posibilidad de informar.
Ahora, al momento de hacer una autocrítica me cuestiono ¿cómo lo hacemos? ¿con ética profesional? Es menester recordar nuestra función social de servicio a la comunidad, evitando y luchando contra un sistema en el que -desde hace unos años- la información se ha transformado en una mercancía y, como tal, se compra y se vende.
Como estudiantes nos formaron para ello y hoy, como profesionales que somos, debemos tener presente más que nunca el fin de nuestra vocación; claro, para los que el periodismo sea una vocación.
Durante la entrevista, Mandakovic hizo referencia a la existencia de una ética periodística, las condiciones laborales de los periodistas como trabajadores de la prensa, y su función educadora desde las aulas de la UNC.
-Hoy ¿se puede hablar de ética en la labor periodística?
-Es difícil hablar de la ética en una actividad que viene siendo bastardeada y vapuleada desde hace mucho tiempo. En realidad deberíamos preguntarnos, cuál es la ética que nos tenemos que plantear: ¿la ética de cada periodista en su lugar de trabajo o la ética de la empresa?
Los periodistas y comunicadores trabajamos en empresas que tienen intereses y que se mueven según esos intereses; mientras tanto, nosotros quedamos sumergidos en esa lógica.
Creo que debemos revalorizar el trabajo del periodista, volver a escarbar en los viejos ejemplos de hacer periodismo. Se me ocurren nombres como Rodolfo Walsh, que realmente hacía investigación y su compromiso era el de dar a conocer la realidad, donde ponía en juego su visión de esa realidad. De esta manera, el pueblo puede conocer de qué se habla cuando hacemos mención a la libertad de expresión, de poder tomar decisiones.
Tenemos que entender que la actividad del periodista es central en el sistema democrático. Si nos tenemos que limitar a que únicamente vamos a trabajar en empresas que se manejan con otros intereses, se desdibujan nuestras posibilidades de mantener una ética.
Hoy en las redacciones se trabaja bajo mucha presión, en condiciones que no son favorables y eso afecta el producto, que es parte de ser trabajadores intelectuales y tener que estar condicionados por un montón de factores.
Un periodista debe destinar tiempo a la confección de una nota, informarse e investigar previamente para hacer una entrevista, para que realmente el trabajo sea ético. Pero cuando la empresa tiene que llenar páginas o cubrir espacios y ese tiempo no existe, allí es cuando la «ética» se deja de lado.
Lo que se debe poner en discusión es desde dónde ejercemos la profesión; no está mal tener ideas, principios e ideologías, aunque lo importante es poder expresarlo desde ese lugar y no estar mintiéndonos o engañando al resto. Tener la independencia suficiente como para no seguir la línea delimitada por los intereses de la empresa, sino de servir a los intereses de la sociedad, ya que de lo contrario estamos mostrando algo que en realidad no es ni lo que nosotros pensamos, sino lo que la empresa cree.
Podemos reconstruir nuestra ética a partir de reconstruir la actividad que realizamos y sobre todo la defensa de las condiciones de trabajo. Si tenemos buenas condiciones, vamos a hacer de nuestra labor con mayor ética, de lo contrario eso se pierde en la nada.
-En relación a la profesionalización del periodista, ¿somos conscientes de ser formadores de opinión a la hora de sentarnos frente a un micrófono o máquina de escribir?
-La cuestión de la profesionalización del periodista es otro tema interesante para tratar, mientras más formado estés mejor vas a poder desarrollarte. Pero hay algo que sobrepasa y es que todos tenemos el derecho a opinar, obviamente sabiendo que debemos aportar a educar al pueblo que es el soberano, eso hará que el mismo ciudadano elija a quién escuchar y a quién no. La opinión pública existe en todos lados y los medios en realidad fijan agenda, diciendo de qué se tiene que hablar y de qué no.
Que exista la posibilidad de que haya mucha gente que piense distinto y se siente a hablar, siempre que se haga desde un lugar para aportar, es bueno. Lo que pasa es que al dar un mensaje a veces terminamos reproduciendo un esquema que no aporta en nada al desarrollo de la comunidad: surgen discusiones banales, hacemos periodismo amarillista o reproducimos los comentarios de los noticieros más triviales que hay en los medios. Y todas estas cuestiones no aportan al desarrollo de la democracia en una sociedad.
-En tu labor como docente, ¿qué enseñanza transmitís al educar a los futuros comunicadores?
-Uno trata de darles las herramientas necesarias para que sepan qué tienen que afrontar cuando les toque entrar a un medio de comunicación. El proceso educativo tiene que ver con eso, al mismo tiempo que intentamos que los futuros periodistas aprendan cómo se hace una nota, cómo investigar sobre un tema o tratar una fuente, también es necesario que sepan cuál es el convenio colectivo que los contiene, el estatuto que regula su actividad y demás cosas que les sirven para aprender a manejarse en una empresa.
Además, que sepan cuál es su función social y que ellos mismos reivindiquen su función como trabajadores. Nadie dudaría de la función social de un sociólogo o un psicólogo; sin embargo, el periodismo es y ha sido vapuleado. No olvidemos que resulta fundamental para el desarrollo de la democracia. No podemos tener democracias sólidas si nuestro acceso a la información es sesgado y totalmente parcializado.
Entonces desde la Universidad tratamos estos temas desde la cuestión práctica, preguntándoles a los chicos cómo se ven siendo hoy estudiantes pero el día de mañana formando parte de un medio.
Lo que queremos es que adquieran las herramientas para poder defenderse en un ambiente que es cada vez más hostil.
Nota: Gisela Eceiza

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