
Tras el ciclo de conferencias que desarrolló Brad Hunter en nuestra ciudad, dialogamos con el periodista e investigador para que nos comente en qué consistieron los temas abordados.
La tarea y el trabajo que lleva adelante Hunter según sus palabras tienen que ver con que «hay muchos arquitectos, enfermeros, plomeros, pero pocos comunicadores de la verdad. No busco inducir a la gente a nada, pero sí que de alguna manera las personas tomen conciencia y sientan que con pequeños cambios se puede lograr mucho».
Un antes y un después
Brad Hunter es un periodista e investigador que lleva más de 25 años incursionando y especializándose en distintas temáticas relacionadas con la nueva conciencia, civilizaciones antiguas y nuevos enfoques del conocimiento.
Ciertos sentimientos internos hicieron que el periodista se inmiscuyera en este mundo buscando información para comunicar a las personas: «Vengo de algo totalmente diferente, me dedicaba al marketing y era manager de un grupo de indumentaria. Hubo un suceso muy fuerte en mi vida: mientras trabajaba para Nike, cierto día llegó el gerente riéndose de que habían matado a un chico en la calle para robarle las zapatillas y sacarle una campera que fabricábamos, eso me indignó porque estaba creando un monstruo con este objeto de deseo que termina teniendo más valor que la vida humana. Automáticamente produjo en mí la reacción de no querer participar de una degradación de las personas, donde estamos produciendo objetos de deseos y consumo, llevando a una sociedad a la autodestrucción, en donde todo es una cuestión de trabajar para ganar dinero porque da prestigio. `Todo lo que nos identifica con Occidente, en realidad nos desidentifica de nuestra esencia, como nuestro verdadero ser´, esto me lo dijo un monje tibetano».
El paso siguiente, según el periodista, tuvo que ver con que «un amigo compró la revista Planeta Urbano y comencé a escribir notas de todo esto que siempre me gustó y preocupó y que tiene que ver con lo que el ser humano le está haciendo a nuestro mundo, cómo iban creciendo las tecnologías e industrias contaminantes en general. A este planeta lo heredamos de nuestros ancestros y tenemos el deber de dejarlo en las mejores condiciones para los niños, y estamos haciendo todo lo contrario».
La experiencia
Trabajando en la revista, Hunter tuvo innumerables experiencias entrevistando a astronautas, líderes espirituales, místicos, filósofos... Las notas se sucedieron y fueron teniendo mayor aceptación por parte de los lectores y «ellos mismos me motivaron para dar charlas», expresó.
A partir de los intercambios con especialistas, el periodista fue convocado por el astronauta Edgar Mitchell (del Apolo 14) para participar de un proyecto: «Fundó un Instituto de Ciencias No Tradicionales que enrola a físicos quánticos, y diversas personalidades; buscando generar un puente de unión entre la religión y la ciencia, con el objetivo de buscar un cambio de paradigma. En una oportunidad Edgar Mitchell me dijo: `las personas somos como astronautas que estamos arruinando la nave y si lo hacemos, nos destruimos a nosotros mismos. Nuestro planeta tierra, parece que se lo banca todo, pero no, es finito, y cuando te alejás en el espacio pasa a ser algo insignificante´».
El proyecto se llamó «Cambiando al futuro», y su participación «tuvo que ver con la visión periodística, de cómo a través de los medios de comunicación se puede llevar a cabo un cambio, ya que actualmente estos ocupan espacios valiosos para crear conciencia, aunque están generando inconsciencia. Cuando miro determinadas emisiones de televisión me horroriza ver que se legitimizan la pelea, la discusión, el chusmerío y se denigra a la mujer como a un objeto de deseo; ya no existen programas culturales».
El hecho de haber escuchado a entendidos en diferentes rubros, para Hunter implicó reforzar la idea de que «muchos de nosotros vivimos en la realidad Disney, que sería una especie de montaje consumista de un mundo de ficción, y que desconocemos del real. Necesitamos vernos en un espejo interior y darnos cuenta quiénes somos, más allá de un título, una indumentaria, una clase social, etcétera».
Las conferencias
«Buscar un cambio de paradigma» ante una realidad que estamos viviendo es lo que plantea Brad Hunter: «Somos como un pintor, la tela que pintamos es nuestra vida y mi aporte a la creación del planeta, cualquier cambio que haga a esa pintura no sólo cambiará el estilo de lo que está dibujado, sino lo que ya está pintado. Esa capacidad de modificar las cosas, es lo que nos tiene que hacer responsables de lo que hacemos en el aquí y el ahora, mi idea es encadenar todos los conocimientos a través de las charlas que doy».
El ciclo de conferencia que se llevó a cabo en nuestra ciudad estuvo centrado en cuatro temáticas: la verdad del 2012, profecías, bioenergía y poder.
En relación al 2012 se planteó la verdad acerca de los cambios planetarios y el fin de una era: «La NASA descubrió que los denominados cambios climáticos es un incremento de la energía base constructiva de la realidad, es energía cuántica que proviene del centro de la galaxia y eso causa excitabilidad en el sol, por eso está más fuerte. Esto provoca un cambio en la estructura del ADN y la conciencia, hay que estar receptivo a esa energía; si vivo en la negatividad, consumo alcohol o drogas, es inarmónico y estamos produciendo algo en contra de nosotros y de la evolución. Este aumento frecuencial de energía, está matando gente con enfermedades como el ACV, ataques cardíacos, muerte súbita, esto se encuentra en relación con que esa energía nos está encontrando en un error evolutivo, que es vivir en la preocupación, todo el día con un celular, creer que en mi vida lo importante es tener un televisor plasma, componentes electrónicos, etcétera», señaló.
Por otra parte, presentó las profecías de Solari Parravicini: «Es un artista escultor que en los años 30 comenzó a recibir mensajes. Su forma profética se llama `psicografías´, que son escrituras automáticas; alguien tomaba el control de su mano y mente, y él dibujaba visiones del futuro acompañadas de textos. Anunció la llegada de Fidel Castro, el ataque a las Torres Gemelas, la fecundación in vitro. Las profecías no están hechas para esperar que se cumplan, sino que todo aquello negativo profesado, es un llamado de atención para la humanidad para que se trabaje en revertirlo; y lo positivo, es para que nos ocupemos de darle cumplimiento», comentó el periodista; mientras prosiguió: «Otro tema tiene que ver con la bioenergía; si nos enfermamos vamos al médico para que nos den remedios para curar el síntoma. Esta medicina hoy se está empezando a considerar imperfecta porque el principio básico de la creación tiene que ver con el mundo cuántico y de energías; antes de ser materia, soy un cuerpo energético. No somos otra cosa que componentes del universo. Un médico para saber el diagnóstico de una persona, debería medir el campo magnético del paciente.
«Si existe un déficit energético que perjudica el hígado y lo corrijo, voy a evitar un futuro cáncer o dolor grave; si podemos perfeccionar esta técnica, evitaríamos enfermedades porque el primer síntoma es lo energético. Una de las cosas que se debe tener en cuenta es lo que consumimos. Si no le damos el combustible que necesitan a las células sanas, lo que hacemos es ir degradando paulatinamente la frecuencia de ellas y la llevamos a una enferma».
Para cerrar, el periodista reflexionó: «Puede sonar lírico o irreal, todo depende de cómo se vea. Para mí es una irrealidad ver gente peleando en un estadio de fútbol, en pleno centro de Capital Federal, que un padre para mantener a su familia tenga que estar más de ocho horas separado de ella, pero nosotros lo aceptamos como el mundo normal. Los que hacemos este trabajo estamos buscando un cambio de paradigma. El gran cuestionamiento de la gente es ¿qué puedo hacer? Mi respuesta es que no hagan nada más de lo que puedan hacer por cada uno. Cambiar la alimentación, que nuestros hijos no estén en manos desconocidas en su crianza, pasar más tiempo con ellos, no hacerlos adictos a la tecnología, son algunas actitudes que podemos cambiar».
Nota: Evangelina Bustamante
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