

Llega el fin de una etapa donde no se ha dado lugar a la participación. El municipio ha mal utilizado una herramienta que en realidad debería permitir el trabajo conjunto entre vecinos y gobernantes. La experiencia de Villa María y los relatos de los centros vecinales locales.
Hace unos meses comenzaron los talleres del Presupuesto Participativo (PP) en los barrios de nuestra ciudad y muchos acudieron a presenciarlos, aunque únicamente por una cuestión protocolar. Esta instancia se repite desde hace unos años y está establecida por Carta Orgánica Municipal; en teoría, el Ejecutivo cita a los barrios para que estos determinen cuáles son las mayores necesidades o problemáticas de cada sector, para luego solucionarlas.
Sin embargo, esta herramienta ha ido perdiendo legitimidad y credibilidad luego de varias experiencias en las que, en general, el Municipio no ha resuelto las dificultades planteadas en las extensas jornadas de taller. Los pedidos no están vinculados con obras públicas de magnitud, más bien se trata de inconvenientes que deben padecer a diario los mismos contribuyentes.
Es sabido que la participación del vecino no se ha promovido desde el ámbito municipal, al menos eso se ha evidenciado a través de la falta de ejecución de este Presupuesto. Esta actitud municipal no hace más que confirmar la falta de voluntad política a la hora de abrir las puertas a los vecinos y permitir un verdadero trabajo en equipo.
Desde este medio, con frecuencia hemos efectuado consultas a la mayoría de los centros vecinales que acudieron a aquellos talleres y que aún esperan una respuesta municipal; sin embargo, la situación en los últimos tres años no se ha modificado y aquellos encuentros de jornada completa no fueron más que un maquillaje.
El presente escenario provoca que haya ciudadanos que descrean de esta loable herramienta, contrario a lo que sucede en otros puntos del interior de Córdoba y del país, donde el PP es el instrumento predilecto de compromiso y labor conjunta entre gobernados y gobernantes.
Sobre este tema opinaron varios vecinalistas, en el caso de Hugo Petri, presidente de Villa del Río, la situación es la misma que la de años anteriores: «Tengo esperanzas que este nuevo PP se aplicará en el nuevo Gobierno y esperemos que tengamos mejores resultados que en los anteriores. Son muchas las falencias y no pretendemos que se solucionen de un día para otro. Hay pequeñas cosas que hacen a la calidad de vida de las personas: los perros sueltos, que las obras las hagan por cuenta del Municipio, la iluminación y tantas más. No son grandes cosas pero se ha dejado pasar tanto tiempo que hoy están agravadas, entonces es más difícil aún. Ojalá que en un futuro se haga con convicción, porque hasta ahora no vemos que estén trabajando en algo».
Por su parte, Roberto Rizzi, de Altos de las Vertientes especificó: «Vuelve a ocurrir lo mismo: una reunión donde se intenta consultar a los centros sobre las obras pero casi todas han terminado igual, indicándoles que tomen la lista del año pasado, porque prácticamente no se hizo nada. No sólo eso, sino que tampoco se informó, porque si hubiera existido un seguimiento donde nos comentaran porqué motivo no se realizaron las mejoras probablemente hubiéramos llegado a un acuerdo. Pero esto no ocurrió y es una medida que se lleva a cabo sólo porque está especificada en la Carta Orgánica, evidentemente no hay voluntad política de cumplirlo, y a eso lo sabemos todos».
El vecinalista explicó que se han reunido en varias oportunidades con ciudadanos de otras localidades para conocer las experiencias bastante más satisfactorias que aquí. «Nosotros nos contactamos con municipios que tienen muchísimas experiencias de PP como el caso de Villa María. Nosotros tenemos un reglamento por Carta Orgánica y sin embargo no hay voluntad para ejecutarlo, pero Villa María sólo lo tiene por Decreto y como el Intendente tiene verdaderas intenciones, se cumple de maravilla y ha crecido en cuanto a monto y obras», especificó.
El caso de «El Fantasio» es similar: «Nosotros apostamos a la institucionalidad y por ese motivo asistimos. Es una herramienta que debe ser respetada aunque esté mal implementada. Le dimos un cierre a esta etapa que no tuvo frutos y produjo más nada que reuniones. El espíritu de PP necesita de una decisión política para ejecutarlo. Yo mismo escuché del actual mandatario cuando dijo que los centros vecinales no deberían existir, y ahí mismo uno se da cuenta del lugar que le otorga a la participación del ciudadano», sentenció Alejandro Srur, vecinalista de este sector.
En relación a los pedidos, en La Quinta Primera Sección la reunión se realizó hace unas semanas y repasaron el listado de demandas y necesidades de años anteriores. «Sólo logramos que colocaran algunas luminarias, nada más. Volvimos a pedir arreglos de calles, la extracción de una piedra, más alumbrado, arreglo de espacios verdes, y tantas más. Esperemos que con el nuevo Gobierno se hagan algunas obras en el barrio, porque desde el punto de vista de los vecinalistas, no ha sido bueno. Al final resulta una pérdida de tiempo donde tratamos los mismos temas de hace tres años, que se vienen empeorando», sentenció Mónica Vega.
Jorge Torres, presidente de la comisión directiva del Centro Vecinal de Carlos Paz Sierras, también quiso dar su opinión: «Reforzamos lo mismo que pedimos el año pasado, porque en realidad no se hizo nada, por ejemplo: que se termine el Polideportivo, que se mejore el balneario, luminarias, refugios de colectivos, carteles nomencladores, la apertura de ciertas calles».
Villa María: PP para todos
La doctora Paula Vicente, presidenta de un centro vecinal, comentó cómo se inicia el PP en Villa María: «Fue una decisión política por parte del intendente Acastello allá por el 2009. Hay muy buena predisposición por parte de la gestión y estamos más que agradecidos. Además, el monto de dinero destinado al total del PP ha ido aumentando año tras año. A la gestión verdaderamente le interesa mejorar los barrios. En el caso, por ejemplo, de que el dinero no alcance para determinada obra, el Municipio busca la forma para concretarla. Hay un apoyo permanente».
Sumado a ello, se ha realizado un proceso de descentralización en la que la ciudad se ha dividido en zonas, y el PP se ha iniciado en la caracterización de este período. El mecanismo es de manera similar al de Villa Carlos Paz: se realiza una asamblea en la que los vecinos elaboran un listado de obras; luego en un segundo encuentro se especifican las prioridades, en un tercero se presupuestan y a partir de entonces el Municipio comienza a ejecutar los trabajos, lo que resta se sigue haciendo al año siguiente.
«Tratamos de solicitar todo lo que debería hacer el barrio solo, porque lo que es obra pública (luminaria, cordón cuneta, asfalto, etcétera) lo hace el Municipio y el contribuyente colabora. También se conforma por vecinos una comisión de seguimiento, evidentemente hay cuestiones burocráticas y las obras se demoran, pero siempre se concretan en un tiempo no muy lejano», manifestó Paula.
El dato
La Agrupación de Centros Vecinales de Carlos Paz realizó un proyecto de reglamento que fue entregado al Concejo de Representantes; la idea es que sea incorporado al próximo Gobierno de Avilés.
Gisela Eceiza
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